Hace 10 años el mundo, y especialmente Chile, veían con desespero uno de los momentos más dramáticos de esa nación austral. 33 mineros quedaron atrapados a 750 metros de profundidad durante 69 días, en un yacimiento ubicado en la comuna de Caldera, a 30 kilómetros al noreste de la ciudad de Copiapó. El mismo era explotado por la compañía San Esteban Primera S.A.
El hecho conmocionó a todo el país y de inmediato comenzaron las labores de rescate, guiados inicialmente por Miguel Fortt Zanoni; pero fue André Sougarret, junto a la coordinación del ministro de Minería, Laurence Golborne, quienes utilizando maquinaria pesada lograron sacar la misión adelante.
10 años más tarde, los 33 mineros chilenos viven para contar el suceso y con el objetivo de conmemorar esta fecha, «El Toque de Diana» logró entrevistar a uno de ellos. Se trata de Mario Sepúlveda, ahora conferencista, quien compartió con la audiencia algunas de las anécdotas de esos 69 días.
Confesó que al momento del derrumbe su mente se llenó de diversos pensamientos, entre ellos la culpa, «se culpa uno mismo, o culpa al jefe. La verdad que para mí fueron momentos durísimos, complicados. Entra uno a trabajar con sueños y todo se cierra con un derrumbe. A quien culpa uno es a Dios, pero él no tiene la culpa de eso«.
Reconoce que «a veces tienen que suceder este tipo de cosas para que uno pueda hacer otras».
Con un tono jocoso, Mario Sepúlveda dice que «estaba muy cómodo allá abajo, no quería salir. Allá abajo no teníamos problemas de tarjeta de crédito, habían varias cosas que nos favorecían«. Sin embargo, reconoce que el miedo si llegó a tomarlo de la mano cuando fue su turno de salir de la mina.
Fue el segundo de los 33 que pudo volver a sentir la brisa nocturna, «al momento de salir no seguí el protocolo. Salí gritando y agradeciendo a Chile por todo lo que se había hecho. Todo el miedo que no tuve en 70 días lo tuve en 22 minutos«, tiempo que se tardaba la cápsula usada para sacarlos de las entrañas de la mina.
«El derrumbe en la Mina de San José es el momento más maravilloso que he vivido en mi vida. Pude conocer al ser humano. Somos verdaderamente impactantes», dijo en entrevista para La Romántica 88.9 FM.
Actualmente, reside en Chile, nación que ha recibido a cientos de venezolanos que han huido por la crisis que vive el país. Sobre los connacionales, Mario afirma que «son muy educados, de colegio. En su buen pasar tuvieron la posibilidad de estudiar muy bien y hacerse profesionales y tenemos la suerte de que en donde trabajo hay venezolanos. Sigan mandando venezolanos para acá«.
No es ajeno a la situación que atraviesa Venezuela, al respecto pide a los ciudadanos tener «mucha fuerza y ánimo«, y afirma que Chile es un país cariñoso «y siempre los va a recibir«.

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David Peñaranda